Cuevas de Píñar, Un Plan Perfecto para Niños en Granada
Este fin de semana nos aventuramos a visitar las Cuevas de Píñar, un plan que teníamos pendiente desde hace tiempo, ya que nos lo habían recomendado muchísimo. Nos decidimos a llamar para reservar el sábado por la mañana y tuvimos suerte de conseguir las últimas plazas para el domingo siguiente.
La granja escuela El Castillo de Píñar es un centro de turismo rural que organiza visitas a la Cueva de las Ventanas, combinándolas con actividades en su Centro de Educación Ambiental. Nosotros decidimos optar por uno de sus packs familiares que nos parecía súper completo y, además, ¡a un precio muy razonable!
Pack Familiar: Un Plan Redondo
Por 25 euros por adulto y 15 euros por niño (mayores de 3 años), el pack incluía:
- Traslado en su famoso "Tren Turístico" hasta la entrada de la cueva.
- Entradas para visitar la Cueva de las Ventanas con un guía.
- Regreso al pueblo en el tren.
- Comida en el Restaurante Asador El Castillo de Píñar (con opciones de menú y carta).
- Visita a la Granja Escuela y su pequeño animalario.
- Taller y exhibición de aves rapaces en vuelo.
Las reservas se hacen por teléfono y se pagan en el restaurante antes de tomar el tren. ¡Todo muy sencillo y bien organizado!
Llegada a Píñar y Comienzo de la Aventura
El trayecto de Granada capital a Píñar toma unos 35 minutos. Al llegar, aparcamos cerca del restaurante, justo a la entrada del pueblo. Desde allí, nos indicaron dónde debíamos esperar al tren turístico, que salía puntualmente a las 12:30.
Llevamos el carrito de Marta, ya que nos informaron de que la cueva estaba adaptada, y fue un gran acierto porque se quedó dormida durante la visita. Cuando compras el pack, te entregan dos tickets: uno para la entrada a la cueva y otro para la comida.
El grupo se reunió en una placita mientras esperábamos al tren. Los niños estaban emocionados y felices, ¡no podían esperar para subirse! El recorrido fue encantador, primero pasando por las calles del pueblo y luego por un paisaje precioso, rodeado de olivos. El viaje en tren fue sin duda uno de los puntos favoritos de los peques.
La Cueva de las Ventanas: Explorando la Historia
Al llegar a la cueva, hay unos baños disponibles (muy recomendables antes de entrar, sobre todo para los peques). La visita dura unos 50 minutos, y en el interior la temperatura es constante durante todo el año, unos 13 grados, por lo que llevar algo de abrigo es buena idea, especialmente en verano cuando el contraste se nota más.
Antes de entrar, entregamos uno de los tickets y recibimos algunas indicaciones: no está permitido hacer fotos ni vídeos dentro de la cueva. En un momento del recorrido, nos hicieron una foto de grupo, que luego podíamos comprar si queríamos (5 euros la pequeña y 7 euros la más grande).
Nuestra Opinión Sobre la Visita Guiada
Aunque la cueva es impresionante, tengo que admitir que la visita guiada no cumplió nuestras expectativas en lo que se refiere a los niños. A pesar de que el pack estaba enfocado a familias, el contenido de la visita no estaba adaptado a los más pequeños. Como resultado, los niños se aburrían, hablaban y acababan distrayéndose, lo que hizo que algunos adultos del grupo no estuvieran del todo cómodos. Ojalá en el futuro el Ayuntamiento de Píñar considere adaptar las visitas de fin de semana también a las familias con niños, haciendo la experiencia más amena para los peques.
Lo que sí disfrutaron fueron las escenificaciones en el interior de la cueva: muñecos y figuras que representaban la vida en el neolítico, mostrando cómo cocinaban, las herramientas que utilizaban y cómo cazaban. Quizás contar un cuento o hacer más participativa la experiencia habría mantenido mejor la atención de los peques.
Para nosotros, la visita fue interesante: aprendimos mucho sobre la vida en la prehistoria y las formaciones de la cueva. Nos impresionó lo grande y profunda que es, y saber que hay áreas destinadas a la espeleología y aventuras, con toboganes naturales.
El Restaurante: Recobrando Energías
Tras la visita, fuimos al restaurante. El tren nos dejó en la plaza y fuimos caminando hacia allí. Nada más acercarnos, ya empezamos a oler la carne a la brasa, ¡y nuestras barrigas comenzaron a rugir!
Nos habían reservado una mesa en la terraza al solecito, donde se estaba de maravilla. El menú para los peques incluía opciones como macarrones, nuggets de pollo o lomo con huevo y patatas fritas. Para los adultos, había entrantes como chorizo y morcilla, y opciones de primero y segundo plato (sopas, migas, pollo a la brasa, cabezada, entre otros). Todo estaba riquísimo, las tartas caseras de postre fueron la guinda del pastel, aunque la bebida no estaba incluida en el menú.
Mientras los adultos terminábamos de comer, los peques jugaron un rato cerca de nuestra mesa. Importante: ¡ropa cómoda y que se pueda ensuciar!
Visita a la Granja Escuela y el Animalario
Después de comer, visitamos el animalario, que estaba muy cerca de la terraza del restaurante. ¡Esto fue sin duda lo que más les gustó a los niños! Les encantó la avestruz, que nos seguía a donde íbamos, y a Marta le fascinó por lo grande que era. También había cabras con crías, gallinas, conejos, pavos, un burro llamado Felipe, y muchas aves rapaces.
El animalario es un refugio para animales que necesitan un hogar, y es fundamental respetar sus normas: no golpear las verjas, no hacer ruidos fuertes, ni darles comida. Nos encantó la idea de enseñarles a los niños a respetar a los animales y cuidar de ellos.
Había una pequeña choza donde los niños jugaron un buen rato. Les recordaba a la casa de los tres cerditos, así que recrearon el cuento allí mismo. Me encanta cuando un lugar les permite desplegar toda su imaginación.
Exhibición de Aves Rapaces
A las 16:30, comenzó la exhibición de aves rapaces. Se realizó en una pradera preciosa, con toldos y bancos alrededor para los asistentes. El guía, a pesar de estar lesionado, lo hizo genial: involucraba mucho a los niños, les contaba curiosidades sobre las aves y realizaba algunas exhibiciones de vuelo. Al final, los peques pudieron posar con una de las aves en el brazo, ¡y nos dejaron hacer todas las fotos que quisiéramos! Un bonito recuerdo para llevarnos a casa.
Conclusión: Una Aventura Para Disfrutar en Familia
Nuestra visita a las Cuevas de Píñar fue toda una experiencia. Aunque la parte de la cueva podría mejorar para adaptarse mejor a los niños, el recorrido en tren, la comida, la granja y la exhibición de aves hicieron que fuera un día lleno de momentos especiales para toda la familia. Si buscáis un plan económico, diferente y en contacto con la naturaleza, ¡os recomendamos que lo probéis!
Y si ya habéis estado, ¡contadnos vuestra experiencia en los comentarios! Nos encanta escuchar cómo disfrutáis de estos planes en familia. 😊